lunes, 29 de junio de 2009

Mientras vuelven a casa ... si eso es lo que quieren

lunes, 29 de junio de 2009
“Cuando mi cucha me dijo hace 18 meses que escogiera entre la marihuana y la familia, yo no la pensé, inmediatamente supe que en mi existencia lo más importante es el vicio”, explica Andrés, uno de los tantos muchachos que hace uso de las instituciones de rehabilitación de consumidores de droga de la ciudad y del programa de recreación, Mientras volvemos a casa, que impulsa el Instituto de Deportes y Recreación, Inder Medellín.

Andrés empezó a consumir desde que tenía 14 años, cuando un amigo suyo lo invitó a que probara la marihuana, “yo la verdad lo dude un poquito, pero pensé que por probar no pasaría nada y de una, sin miedo, di el primer ploom y desde ahí no he parado” explica el joven. Este muchacho sobresale entre los demás porque es muy retraído, según él porque no le gusta mezclarse y deberle favores a nadie. “A duras penas en la Institución recibí esta muda de ropa y eso porque la que tenía y saque de mi casa, que era de buena marca y todo, la empeñé un día que estaba amurado”.

Cuando intenta recordar con exactitud e hilar los acontecimientos en orden para poder contar bien su historia, mira al horizonte y al momento de recordar su familia y relatar que tiene una hermana menor que es muy buena estudiante, deportistas y “hasta bonita la boba esa”, sus ojos se cubren de lagrimas y para disimular simula un bostezo y comenta que tiene sueño porque en días pasados no ha podido dormir bien. Es que ha consumido poco porque anda mal de salud y es muy arriesgado salir así porque “la calle exige buenas condiciones, de lo contrario se lo lleva por delante a uno”, explica este muchacho flaquito y vestido todo de azul claro con un corte de cabello al estilo honguito.

A parte del sitial de honor que ocupan la drogas en su vida, porque ya “tira” de todo lo que se le ponga al frente, pasando por cannabis, perico, coca y hasta heroína, Andrés tiene definida otra cosa muy importante, “la droga no la quiero dejar, ella es más fuerte que yo y me domina. El día que me harte simplemente hago lo que dictan mis cantantes preferidos, Curt Cobain y Nirvana” que en la traducción de este chico que “medio domina el inglés” significa que “me odio, estoy aburrido de mi mismo y por eso me voy a matar. Para mí el suicido es una posibilidad y yo no le tengo miedo a morir, porque hace dos años lo vengo haciendo lentamente”.

Entre el grupo de jóvenes que participó en las vacaciones recreativas que se desarrollaron en el Instituto de Rehabilitación de Miraflores, ubicado carca al Batallón de Buenos Aires, Lina es otra joven de las tantas que en esta oportunidad hacen uso del toro mecánico, los inflables y la lona de salto que por motivo del descanso de medio año han llevado a su institución los funcionarios de Inder.


Esta muchacha de 16 años se está tomando muy en serio recuperarse de las drogas y liberarse del monstruo que la persigue desde hace 4 años, cuando “por curiosidad en compañía de otros pelaos del combo decidimos probar un baretico como por cambiar de actividad, pero desafortunadamente no nos dimos cuenta cuando ese monstruo de mil brazos”, como ella llama a la droga, los agarro tan duro que en mi caso por ejemplo ya estaba perdiendo mi esencia, “pues yo era una muchacha muy alegre y animada para hacer muchas cosas por la comunidad y luego de estarle dando duro al consumo ya no quería hacer nada y antes vivía deprimida, cuando antes ni sabía que esa palabra existía”.

Esta es la segunda ocasión en que Lina intenta dejar las drogas, “pero yo sé que esta si es la vencida, porque la primera vez yo no estaba de corazón, vine porque mi mamá me mandó y cuando tuve la primera oportunidad de evadir lo hice”. Así la joven regresó a su casa y a los pocos meses tuvo una recaída muy fuerte y “toqué fondo, ahí me di cuenta que tenía que cambiar y que me iba a quedar sin vida si no hacía algo, por eso esta segunda vez es diferente”.

Ahora Lina disfruta de forma consciente del momento de la meditación, de las reuniones grupales y lo que más le gusta son las citas con la psicóloga, pues hace poco realmente se dio cuenta que estaba mejorando, que tenía un proceso de verdad, cuando tacho en compañía de “psico” varias de sus debilidades que poco a poco ha ido convirtiendo en fortalezas.

Lina y Andrés son la muestra de las dos opciones de vida que toman los jóvenes y los niños que se encuentran en situación de calle y son atendidos por las instituciones encargadas de este tipo de población, la cual como explica Uriel Montoya, profesor del programa mientras volvemos a casa, “este tipo de personas hacen parte de la población más difícil para trabajar, porque son personas muy agresivas y faltas de afecto que no han cultivado valores como la tolerancia, el amor, el respeto y la solidaridad, los cuales son muy importantes y se podría decir que sobre ellos se fundamenta la práctica deportiva, en especial, el trabajo en equipo, un componente que muchos de ellos no conocen porque la vida se la guerrean solos”.

En la ciudad hay varias instituciones que trabajan con niños y jóvenes consumidores que de acuerdo a las necesidades y la modalidad de trabajo varía en la forma en que atienen al público. Se podría hacer la siguiente diferenciación de acuerdo a la permanencia de los consumidores en el lugar.

Existen tres tipos, en el primero los jóvenes están totalmente internos y las salidas son solo premios que se ganan con trabajo y buen comportamiento como la Institución Miraflores; la segunda son aquellos lugares que reciben a los muchachos prestándole servicios médicos, psicológicos, alimenticios y en algunas ocasiones posada para que pasen la noche, como la Institución Acogida y la Institución Libertad; finalmente está el tercer tipo conocido como Unidad Móvil, los cuales como su nombre lo indica son un grupo de personal capacitado que recorre sitios específicos de las ciudad y atiende a chicos que no quieren pertenecer a ninguna institución y definen la calle como su hogar.

Aproximadamente 150 jóvenes y niños de la ciudad que se encuentran en situación de calle por consumo de drogas, desplazamiento forzoso, desempleo, grupos al margen de la ley, mala conducta y en algunas ocasiones por maltrato de sus padres disfrutaron dos días de recreación y deporte en el marco de la celebración de las vacaciones recreativas que el Inder Medellín con su programa Mientras volvemos a casa les organizo en la Institución Miraflores, lugar en donde disfrutaron de atracciones mecánicas como el toro, inflables, práctica deportiva de bádminton y juego multideportivos que entregaron como premio a los tres primero lugares el cupo directo al campamento de fin de año en El Peñol.
Qué es Mientras Volvemos a Casa?
Es un dispositivo que pretende garantizar el derecho al deporte y la recreación de la población víctima del desplazamiento forzado asentada en el municipio de Medellín. Promueve la constitución y consolidación de organizaciones comunitarias en el tema del deporte y la recreación, tales como: clubes infantiles dirigidos a niños y niñas, clubes juveniles para los adolescentes, organizaciones de mujeres para las mujeres cabezas de familias y clubes de vida para la población adulta mayor. Esto con el fin último de construir nuevas redes sociales entre los núcleos familiares que a raíz del desplazamiento han sido resquebrajados.

Este proceso comenzó el mes de octubre del año 2004 con un estudio diagnóstico de los asentamientos de la cuidad de Medellín. Luego, un grupo conformado por asesores y estudiantes, se encargó de desarrollar los proyectos y sus contenidos ha desarrollar con la población. Actualmente el equipo de trabajo se encuentra conformado por una asesora en recreación, un coordinador de acción y 12 profesores Licenciados en Educación Física.
También hacen parte del proyecto, la Unidad Misional de Apoyo (UMA) compuesta por: Un analista en planeación, abogado, financiero, auxiliar administrativo y auxiliar de inventarios.
 
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